Slam Dunk, una historieta impresionante
- Luis R. Obeso
- 18 nov 2016
- 4 Min. de lectura
Hace unos días estaba “cantando” aquellas líneas que dicen: Brillante resplandor ayer vi, cuando vas corriendo por la ciudad, para descansar después de un gran día de practicar… Y todo lo que sigue, claro está. De seguro lo leyeron cantándolo, sí, sí. Bueno, recordaba esa buena historia conocida en muchas partes del mundo como ‘Slam Dunk’ que nos mostraba la vida de Hanamichi Sakuragi, un estudiante de preparatoria que tiene el mayor número de rechazos amorosos. Pero, a pesar de haber recibido tantos “No” como respuesta, se enamora de una chica llamada Haruko Akagi a la que le fascina el baloncesto; por este motivo, el protagonista decide inscribirse en el club de baloncesto de la escuela para impresionarla.
Tal vez la mayoría de las personas que conocen la historia del carismático pelirrojo, gracias a la serie animada producida por la compañía Toei Animation y emitida entre los años 1993 y 1996 con un total de 101 episodios. Pero debo aclarar que esta reseña no va a tratar sobre el anime, voy a tocar el manga. La obra original es la que yo conozco, la que leí y disfruté. Pero antes de empezar a compartir mi opinión sobre este trabajo, vuelvo al modo wiki y les cuento que esta obra es un Shonen del género deportivo y comedia, y cuenta con 31 volúmenes o tomos, como bien prefiera. Se empezó a publicar desde 1990 y finalizó en 1996. Su autor es el señor Takehiko Inoue, un maestro del cómic japonés y creador también de obras interesantes como Vagabond, que relata la historia de Musashi Miyamoto, el guerrero más famoso del país del sol naciente, pero, basándose en las novelas de Eiji Yoshikawa. Y Real, una historieta que nos muestra las vidas de un grupo de jóvenes con ciertas discapacidades, aportando como detalle, el baloncesto en silla de ruedas. Una historia adulta y muy cruda. Ahora pongo en off el modo wiki y comenzaré a compartir mi opinión.
‘Slam Dunk’ comienza de manera cómica y divertida, conocemos a un protagonista que tiene una suerte pésima para encontrar el “amor”, con amigos que disfrutan de verlo recibir una respuesta negativa por parte de una chica más a la que simplemente no le interesa tener un noviazgo con él. Este manga se toma su tiempo para contar las cosas, dejándonos conocer primero, a su ritmo, a sus personajes. No es una obra que, por tener el género deportivo como prioridad, se desarrolle de manera inmediata en el ámbito del deporte. Al comienzo tenemos pequeños vistazos y menciones al baloncesto, pero en sí, Takehiko Inoue no nos muestra de lleno lo que es este deporte apenas empieza la historia. El inicio de ‘Slam Dunk’ puede ser poco atractivo para algunos, tal vez el primer capítulo no es uno que enganche enseguida a todos los que tengan oportunidad de conocer este trabajo; sin embargo, para mí, Slam Dunk es una historia que se desarrolla con identidad propia. Lo común habría sido una historia donde se mostrara un partido de baloncesto para mostrar esa intensidad desde las primeras páginas, pero no necesita ser así. Inoue no sólo se destaca por ser un excelente dibujante, es un artista completo que sabe contar muy bien sus historias.
Como dije, la trama empieza con el ritmo que el autor siente que tiene que ser contada, durante muchos episodios vas a divertirte con el humor con el que cuenta el manga, con las situaciones de instituto y las situaciones de peligro que suavizarán la espera hasta poder disfrutar del primer partido. Tengo que ser sincero, la historia de ‘Slam Dunk’ no es la mejor historia del mundo; pero tiene tantos detalles que la enriquecen, personajes tan carismáticos, queridos y recordables, momentos y situaciones frescas y divertidas que muy difícilmente se olvidan. Además, ese detalle de autosuperación que la dota de vida y la convierte en una obra compleja y de gran valor.
Llevando mi opinión al apartado artístico, debo decir que es este el punto más fuerte de este trabajo. Takehiko Inoue es un maestro del dibujo. ¿Por qué lo digo? Empiezo por el diseño de personajes, cada uno identificable aunque alguno que otro pueda tener alguna leve similitud. El uso de los efectos, el uso de los tonos negros, el uso de las tramas que le dan más detalle, profundidad y agudeza a su trabajo. También la intensidad y buena definición de las expresiones, los efectos de ciertas acciones, como por ejemplo: las fintas, los cambios de ritmo, los efectos de velocidad, los pases, los alley-oops; el detalle en la estructura de los escenarios deportivos, la presión que transmiten los espectadores, la tenacidad de los jugadores, la fuerza, la energía y la explosividad de los partidos. Los puntos de fuga, las perspectivas y, por último, la genialidad de las secuencias. No creo recordar ni una sola acción o secuencia que no haya entendido en esos memorables encuentros. Es épico lo que hace Inoue con sus trazos. Hasta el momento, este es el único manga que he visto que tiene varios capítulos completos a color. Un color muy bien usado y que gusta al ojo. Viñetas muy bien hechas, viñetas que gozan de dinamismo en los momentos precisos, viñetas exclusivas para darnos a conocer reglas del baloncesto de manera forma divertida, buen uso de las onomatopeyas y de los bocadillos, o globos de diálogos para los que no sepan que también son llamados así. Todo esto muy bien compuesto y bien ordenado.
Antes de finalizar, lo único que puedo decir que me dejó insatisfecho fue que el autor decidiera darle fin a esta historia. He visto cómics producidos en Japón que son sobreexplotados y siguen sólo porque generan dinero a la editorial. En cambio, ‘Slam Dunk’ tenía para mucho más, ¡aún quedaba mucha tela por cortar Inoue! Me dolió mucho llegar a ese punto donde supe que no podría saber más sobre Hanamichi y sus compañeros del equipo Shohoku. A pesar de saber que Inoue está cerca a sus 50 años y, que además, se encuentra trabajando en la actualidad en sus obras Vagabond y Real, me gusta pensar en que algún día, por lo menos, dibujará un capítulo especial donde podamos ver una vez más al carismático pelirrojo.
¿Mi opinión final? Este manga es una de esas piezas del noveno arte que debes darte la oportunidad de conocer. La recomiendo ampliamente.
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